Mujer

Mujer, ¡Regocíjate! Pase Lo Que Pase

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo ¡regocijaos! (Fil. 4:4)
Puede ser que al empezar a leer estos consejos y experiencias reales de quien escribe, estés muy triste atravesando por diversas circunstancias y vengo hoy a decirte que estés contenta, ¡Qué ridículo! ¿No? Te invito a leer esta breve reflexión sé que tu actitud va a tener un giro diferente frente lo que te rodea ¿Porqué? Siempre está esa incógnita, la respuesta es: “El gozo viene de Jesús, quien vive en nosotros no de lo que suceda a nuestro alrededor”.
Muchas de nosotras estamos tristes, no podemos mantener el gozo, ponemos excusas, no es posible estar con alegría, si hoy mi trabajo no salió como tenía planeado, me llevó más tiempo de lo que me imaginé.

Cómo no voy a tener gozo, no encuentro razón para estar con alegría, no hay aumento en mi sueldo, llegué tarde, todo se me complicó en casa antes de salir.

Si te identificas con estos comentarios, te digo algo importante, La Biblia no dice que el gozo sea fruto de las circunstancias; afirma claramente que el gozo es un fruto del Espíritu (Gálatas 5:22). Para tener una vida llena de alegría debemos “andar en el Espíritu” (vs. 25). Así amiga vas a regocijarte a pesar de tus circunstancias. El apóstol Pablo estaba en prisión cuando dijo: “Vivan con alegría su vida cristiana! Lo he dicho y lo repito: Vivan con alegría su vida cristiana!” (Fil. 4:4).

A veces te comportas como una niña caprichosa y dices:

¡No quiero estar alegre! Yo no quiero estar alegre, ¿y tú? Porqué para mí la alegría viene cuando me pasan cosas lindas, y se me van cuando me pasan cosas tristes.
El gozo no se va por lo que te sucede, está dentro de tu corazón, pasen cosas buenas o malas, depende de tu reacción frente a los problemas. El gozo es el fruto del Espíritu Santo, ¿está creciendo en tu vida ese fruto tan precioso? “El Gozo”, no es tuyo es de Dios y él te lo ha regalado, como tantos otros regalos te ha dado con el Espíritu Santo.

Te comento hubo un tiempo muy feo en mi vida. Yo estaba siempre triste, la palabra alegría no existía para mí, me encerraba en la tristeza, ¡no sabía reír, ni cantar, menos alabar a Dios! El ambiente en el que crecí fue muy depresivo, oscuro para mí, a corta edad Siempre mi madre estaba con lágrimas en sus ojos, con mis 5 años de edad eso me afectó mucho emocionalmente. En la escuela no jugaba, no me era nada gracioso.

Pero un día Jesús vino a mi vida y trajo “óleo de gozo en lugar de
luto” (Isaías 61:3).

Hoy puedo decirte que Dios ha cambiado “mi derrota en victoria, mi tristeza en un canto de alabanza”. El óleo es el aceite que se usaba para ungir a los reyes. Es decir, Jesús vino para darme una “unción” de gozo en lugar de luto. El luto era la ropa que vestían los que estaban afligidos por la muerte de alguien. Puedo decirte amiga, no debes vivir afligida por lo que te pasa. “El gozo del Señor te da fuerzas” ¿Te fue mal En tu hogar? ¿Con tu familia, en tu trabajo, en tu llamado, con tus lideres? El gozo del Señor te hace que le alabes igual. Puedo decirte que el gozo del Señor te va dar ganas de reír, aún cuando leas estas palabras, aprende a reír ¿estas preocupada porque tienes un asunto grave que resolver? El gozo del Señor te hace estar contenta y tranquila. Eso sucede a todos los hijos de Dios, te pregunto para concluir la reflexión de hoy, ¿está creciendo fuerte el gozo en tu vida? Te recomiendo un buen fertilizante para el gozo: ¡Es la alabanza y la gratitud a Dios! Comienza ya desde hoy a practicarlos.

“Tú cambiaste mi tristeza y la convertiste en baile. Me quitaste la ropa
de luto y me pusiste ropa de fiesta” (Sal. 30:11). (Traducción lenguaje
actual).

“El corazón alegre constituye buen remedio, más el espíritu triste seca
los huesos” (Prov. 17:22).